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En nuestro blog

Complutense Cisneros y los valores del rugby en el entorno profesional

Autor: Juan Pablo Rodríguez Escribano, Responsable de Mentoring y Desarrollo Profesional en el Club de Rugby Complutense Cisneros.

Los que hemos sido afortunados de jugar al rugby o de sentir el ambiente que se vive hoy en día en los campos del rugby español, sabemos que es un orgullo aportar la filosofía de este maravilloso deporte al ámbito profesional.

Desde Complutense Cisneros, sabemos que las personas que se desarrollan en esta disciplina son potenciales candidatos a brillar en el ámbito laboral. Desde nuestro departamento de Mentoring y Desarrollo profesional hemos desarrollado el área de Talento, donde promocionamos a nuestros deportistas en las mejores empresas del mercado.

El trabajo en equipo es la base de este deporte porque está por encima del talento individual, se potencia el esfuerzo grupal, se respeta a los compañeros, al contrincante y a los árbitros. Al finalizar el partido hay un tercer tiempo en el que se comparte con el adversario una comida y una bebida, como excusa para confraternizar por los conflictos en el campo. Al igual que en la empresa, la gestión de conflictos es clave para aprender y superar situaciones difíciles.

El liderazgo en el rugby no está focalizado en una sola persona sino en el equipo por encima de todo, y esto nos da otra lección importante en el ámbito empresarial: ninguna empresa puede triunfar en un entorno de cambio como en el que vivimos sin poner en valor el liderazgo compartido. El líder empresarial, al igual que el capitán del equipo, es un referente y un guía, aunque su liderazgo es compartido por cada uno de los jugadores. Sabe cuál es su función y, sobre todo, fomenta la solidaridad con los compañeros. El capitán, habitualmente, es elegido por el propio equipo, por lo que no impone un respeto, sino que lo gana.

Las empresas, hoy en día, atraviesan un punto de inflexión en el que se habla de los entornos VUCA. La “V” de Volatility o volatilidad, la “U” de Uncertainty o incertidumbre, la “C” de Complexity o complejidad y la “A” Ambiguity o de ambigüedad. Ante este contexto, ¿cómo podemos afrontar una situación tan retadora?

Desde las empresas se necesitan personas con un plus de capacidades técnicas y conocimientos aprendidos en masters o estudios reglados. Sin embargo, también las llamadas soft skills o competencias personales son claves porque hacen posible que aspirantes con motivación, respeto, liderazgo, dotes comunicativas, capacidad de sufrimiento y trabajo en equipo sean capaces de tener éxito en el ámbito empresarial.

Algunos de los aspectos que las empresas valoran de nuestros jugadores son las capacidades que tienen estos deportistas para tomar decisiones, porque aportan un valor añadido en este sentido al comprender sus propias fortalezas, las de sus compañeros y las de que detectan en el equipo contrario. Las decisiones que toma un deportista en el terreno de juego tienen que ser rápidas y con determinación y en este entorno de cambio es clave.

Este año más que nunca y viviendo la situación que hemos vivido de crisis, sabemos que otro de los aspectos más importantes es la resiliencia o la capacidad de adaptación al cambio. Dentro del terreno de juego se potencia llevar la pelota hacia delante, y en la empresa la clave es superar las dificultades una por una, a medida que van ocurriendo. Superar una crisis como la que vivimos actualmente en el mundo de la empresa, solo se puede superar con el trabajo de todos y soportando la presión que estamos viviendo.

Por último, aunque no menos importante, en las empresas se necesita la diversidad, si todos pensamos lo mismo y afrontamos los problemas de la misma manera no es posible que encontremos respuestas creativas ante las dificultades. Dentro de un equipo de rugby hay jugadores que físicamente son muy diversos y todos son importantes. Se dice que el rugby es un deporte en el que juegan «flacos, gordos, altos, bajos, jóvenes y más grandes».

Fotografías realizadas por Tatiana Sabater.


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