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¿Por qué debes contratar en tu empresa a un jugador de rugby?

Autor: Club de Rugby Majadahonda

No cabe duda de que hay paralelismos obvios que establecer entre el mundo deportivo y empresarial. En ambos casos, es necesario fijar objetivos, establecer estructuras organizativas, planificar tareas y, quizás lo más importante, contar con equipos que puedan desempeñar sus tareas en entornos altamente competitivos.

Por este motivo, no es de extrañar que las empresas, cada vez más, valoren las capacidades que, habitualmente, ofrecen aquellos candidatos que incorporan a su currículo formativo, la práctica deportiva, especialmente, si esta se ha desarrollado en competiciones de alto rendimiento.

A continuación, trataremos de explicar brevemente como, en nuestra opinión, el rugby aporta a aquellos jugadores que lo practican una serie de atributos que facilitan su integración en el mundo laboral y que estos puedan desarrollar su carrera profesional de forma exitosa.

El equipo es lo primero 

Creo que pocos dudan que el deporte en equipo por excelencia es el rugby. Melés, touchs, rucks, placajes, dos contra uno… son fases del juego colectivas donde el éxito no puede depender en ningún caso de un individuo. El sacrificio individual es esencial para el éxito del equipo. La mejor manera de aportar valor al equipo es esforzarte en el desarrollo al máximo de tus capacidades individuales y aportarlas, con humidad, en beneficio del colectivo.

Gestión de la presión

Por su propia condición el rugby es un deporte muy exigente a nivel físico y mental. Combina los esfuerzos anaeróbicos con los aeróbicos, llevando cuerpo y mente al límite de sus posibilidades. El entrenamiento de un rugbier pasa por saber sobreponerse a las situaciones de presión y estrés físico, obligándose a enfriar la mente y sacar fuerzas siempre para un último esfuerzo y ello en un entorno de máxima presión

Adaptabilidad 

La mayoría de los equipos de rugby juegan todos los fines de semana durante la temporada. Por lo tanto, si se van a hacer cambios en las estructuras de los equipos, o tácticas para enfrentar cierta oposición, deben hacerse de inmediato para garantizar que estén completamente integradas. El rugbier debe constantemente adaptarse a un entorno imprevisible.

«El sacrificio individual es esencial para el éxito del equipo. La mejor manera de aportar valor al equipo es esforzarte en el desarrollo al máximo de tus capacidades individuales y aportarlas, con humidad, en beneficio del colectivo».

Resiliencia 

Una de las características que debe tener un jugador de rugby es estar preparado para aceptar el error y los fracasos y centrarse en el siguiente reto. Un buen jugador de rugby asume el fracaso como parte del proceso de aprendizaje. No hay tiempo para lamentarse sino para aportar soluciones.

Disciplina 

Otras de las características esenciales que aporta el rugby a cualquier jugador es asumir la disciplina como una cuestión esencial. La disciplina no significa obediencia ciega, sino que se asocia a una serie de valores esenciales, tales como, respeto a las normas, respeto al árbitro y respeto a tus propios compañeros y adversarios.

Capacidad de aprendizaje 

La capacidad de aprender es una de las habilidades esenciales en rugby. No puedes ser un jugador de nivel sino escuchas y preguntas. Ello implica, necesariamente, asumir las críticas y reaccionar positivamente ante ellas. Si no eres lo suficientemente humilde para asumir las críticas, no podrás crecer como jugador. El compromiso con el estudio y entrenamiento es la llave del éxito.

Por estas, y muchas otras razones, no lo dudes. ¡Ficha en tu equipo a un rugbier!


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