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Productividad y competitividad en los mercados exteriores

¿Cuáles deberían ser las prioridades del Gobierno en materia de política económica para ayudar a las empresas?

Autor: Gonzalo Fernández, director general del Grupo MAZABI

Hace 2 años que el mundo está inmerso en una “burbuja” y hasta la fecha, no tenemos la certeza de si,esta vez sí, recuperaremos nuestras vidas y normalizaremos la convivencia con un virus que ha puesto el mundo “patas arriba”.

Ya antes de la pandemia, el mundo empresarial se enfrentaba a grandes desafíos, la pérdida de margen debido al aumento de la competitividad en un mercado global, la incertidumbre ante entornos cambiantes, la aparición de la tecnología como palanca para transformar los modelos de negocio existentes y la lucha por la captación y retención del talento, entre otros.

Con la llegada del Covid-19, todos estos retos parecen aún más desafiantes y la incertidumbre sobre cuál será esa “nueva normalidad” que está por venir es inquietante. Por no hablar del período inflacionista actual, en el que muchos de los directivos actuales nunca han convivido. La guerra en Ucrania acentúa aún más la volatilidad e incertidumbre mundial.

“El mayor peligro en tiempos turbulentos no es la turbulencia; es actuar con la misma lógica que antes”. PETER DRUCKER

La vieja Europa, tras años de deslocalización de los procesos productivos a países con bajos costes salariales y una tardía subida al tren de la innovación y desarrollo tecnológico, corre el riesgo de quedarse definitivamente atrás en la carrera por tener un papel protagonista en la economía mundial.

Tenemos una gran oportunidad para dar un paso adelante en temas de Sostenibilidad y jugar un papel principal en una “partida” que recién comienza con cartas nuevas. Debemos afrontar esta nueva era con ilusión y verlo como una etapa de grandes RETOS… y también grandes OPORTUNIDADES.

Estamos obligados a pasar de las palabras a la acción y disponer de un plan consistente en términos de políticas ESG, creando entornos colaborativos en los que los sectores públicos y privados afronten estos retos de una forma conjunta, con mayores garantías de éxito.

La Sostenibilidad y la Innovación se deben convertir en la palanca sobre la que se apoye y se pueda desarrollar la mejora de la competitividad de nuestro tejido empresarial, combinando al mismo tiempo la excelencia operativa y la mejora continua.

No debemos olvidar que las políticas ESG tiene tres áreas diferenciadas: Environmental + Social + Governance

El foco se está poniendo en la parte medioambiental “ENVIRONMENTAL”. Es la que está más desarrollada desde el con  iniciativas y propuestas de organismos internacionales, fondos europeos y compromisos de las empresas para luchar contra el cambio climático. No debemos olvidar la importancia que tienen las otras dos patas en una estrategia ESG.

 “SOCIAL” las compañías deben buscar el bienestar de sus trabajadores y poner a las personas en el centro de todo, son la principal palanca de cambio en una organización. El concepto de empresa que tenemos hoy, es heredado del que se adoptó a principios del siglo XX con el desarrollo industrial y la aparición de las cadenas de montaje y la producción en serie. Estas estructuras están excesivamente jerarquizadas ya que tomaron como referencia los principales sistemas organizativos que se conocían hasta entonces, la Iglesia y el Ejército.

En entornos tan disruptivos e inciertos  como los actuales, necesitamos organizaciones más flexibles, más ágiles, capaces de retener y atraer talento, en las que los directivos tengan una “vocación de servicio” con los empleados, creando las condiciones óptimas para sacar la mayor productividad al equipo. También debe estar muy presente el compromiso con la sociedad.

“GOVERNANCE” está menos normalizada que las dos anteriores y debe velar por el cuidado de ambas. Se trata del liderazgo en las organizaciones en todos los niveles de la empresa. Los directivos deben tener una vocación de servicio dentro de la organización para lograr un equipo cohesionado y con un propósito compartido. La monetización y mejora de todos los indicadores de la empresa en un sistema organizativo en el que prevalece el empoderamiento, la meritocracia y una Misión común, no tardará en llegar si tenemos buenos líderes en nuestras compañías. No debemos subestimar el poder de unas pocas personas comprometidas en cambiar la empresa, la sociedad, el mundo.

En lo que respecta al sector Público y su papel para ayudar a las empresas a mejorar su productividad y competitividad, podría pasar, entre otras por:

  • Visión estratégica y coordinación de los Gobiernos Nacional/Autonómico/Local alejada de intereses políticos cortoplacistas.
  • Necesidad de perfiles en el sector Público y Privado con capacidad de definir y, sobre todo, ejecutar estos planes de actuación.
  • Colaboración Publico-Privada: la única forma de competir con China/USA es aumentando la innovación en Europa, no cerrando el mercado asiático/americano (cosa que por otra parte no podemos hacer).
  • Diversificar nuestro modelo de país, complementando la excesiva dependencia del sector terciario con el desarrollo y la transformación de un sector primario e industrial más potente, innovador y competitivo.
  • Soporte a las empresas para que puedan abordar una transformación digital que permita ser más competitiva en un entorno global.
  • Soporte a las empresas que quieran dar un salto internacional y vender sus productos/servicios en un mercado para que su mercado más grande.
  • Distribución de los fondos Next Generation de una forma ágil y responsable a aquellas empresas que presenten proyectos serios y comprometidos con el cambio.
  • Evitar una regulación excesiva que se traduzca en un impacto negativo en la Oferta/Demanda.
  • Fomentar una regulación que favorezca los cambios estratégicos.
  • Seguridad jurídica para atraer inversión extranjera que genere riqueza.
  • Continuar apoyando a la empresa hasta que se normalicen los mercados, evitando que las empresas desaparezcan.
  • Incentivar la innovación y crear un entorno óptimo para que aparezcan emprendedores dispuestos a materializar su idea y plan de negocio.
  • Facilitar a las empresas el acceso a la financiación para desarrollar estos planes, mediante acuerdos BCE, Banco de España, Banca privada.
  • Plan de formación profesional orientado a la creación de nuevos puestos de trabajo, con nuevas habilidades que serán clave para la reducción del paro juvenil y cubrir la escasez de nuevos puestos de trabajo.

Esta propuesta de transformación supone todo un reto, pero no queda otra que asumirlo o seguir con la cabeza enterrada bajo tierra como el avestruz que piensa que de esa forma los cambios que se están produciendo a nivel mundial no nos van a afectar.

¡Pasemos a la acción e iniciemos ese proceso de transformación tan necesario en la empresa!


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